Seguro que en alguna ocasión nos ha sucedido (o no), el encontrarnos con alguna de nuestras maravillosas fotografías «pirulando» por Internet: blogs, Instagram, Facebook, webs corporativas… Últimamente es una práctica un tanto habitual por parte de aquellas personitas que no están dispuestas a pagar y reconocer el trabajo de algunos profesionales. En este artículo os vamos a enseñar qué medidas tomar en estos casos y queramos reclamar nuestros derechos. 

Fotografía de Freepik

Como muchos ya sabréis, solo por el hecho te tomar una fotografía, el autor siempre va a poseer sobre ella una serie de derechos tanto de carácter personal como económico, o lo que es lo mismo: derechos de explotación de la imagen. Todos estos derechos están bajo el amparo de la Ley de Propiedad Intelectual, texto que se recoge en el BOE del 22 de abril de 1996.

Durante toda nuestra vida y hasta un periodo de tiempo de 70 años después tenemos los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública, transformación y explotación de las obras.
En cualquier situación, debemos ser conocedores de que en todas las tomas fotográficas que realicemos tenemos el derecho indiscutible de que se reconozca nuestra figura de autor, que nuestro nombre se cite como tal y que se respete y no se vea alterada la integridad de nuestra obra. Por otra parte, y un dato bastante interesante, es que durante toda nuestra vida y hasta un periodo de tiempo de 70 años después tenemos los derechos de reproducción, distribución, comunicación pública, transformación, participación y explotación de las obras, y por tanto, disfrutando de la potestad de obtener unos beneficios económicos sobre ellas.

Llegados a este punto, queda claro que las fotografías que sacamos son nuestras y ningún individuo puede cogerlas y utilizarlas sin más, aunque por desgracia esto es algo que ocurre muy frecuentemente. Debemos advertir que en estos casos, no es lo mismo que alguien coja una imagen y la utilice en Instagram, Facebook, Flickr o para ilustrar un artículo en un blog a que ésta forme parte de una campaña publicitaria y, por tanto, vaya a tener un rendimiento económico con una fotografía tomada ilegalmente. En el primer caso se hablaría de «uso indebido», mientras que en el segundo estaríamos haciendo referencia a un «robo».

Ejemplo campaña publicitaria Series XP y XF Samyang

Generalmente en estos casos el fotógrafo no suele acabar muy bien parado, sobre todo porque llegados a estos puntos la única alternativa posible sea la de poner el tema en manos de carísimos abogados, los cuales probablemente no podamos pagar. Pero antes de llegar ahí intentaremos agotar todas las vías posibles con una serie de pasos.

¿Qué hacer en caso de uso indebido?

Si nos enteramos de que alguien ha cogido nuestra fotografía y la está utilizado en Internet para un uso sin ningún tipo de interés económico, el primer paso sería el ponernos en contacto con el «infractor», actitud firme pero amable y educada, por favor. Antes de plantearnos denunciar o recurrir a otro tipo de medidas, esta debería ser nuestra actitud en todos los casos para tratar de lograr una solución amistosa.

Fotografía de Freepik

En nuestra primera medida debemos informarle de nuestros derechos sobre la imagen a quien haya cogido nuestra fotografía y la esté utilizando sin permiso. De la misma forma, podemos pedirle que retire la imagen o bien que nos dé crédito sobre ella, indicando que somos los autores de la imagen en cuestión añadiendo un link con enlace a nuestra web, red social o etc.

Si la respectiva denuncia que vamos a formular se circunscribe a alguna red social, existen maneras de realizar este trámite a través de ellas. Normalmente entre las opciones de la propia foto se encuentra la de denunciar que algo pasa con esa foto (como podéis ver en la imagen de abajo). Otra de las posibilidades que ofrecen algunas de las redes sociales, es la de hacerlo directamente a través de los formularios que existen para ello (aquí tenéis el de Instagram, Facebook y Twitter).

¿Qué hacer en caso de robo «intencionado»?

Si la cosa se pone «peliaguda» y directamente están haciendo uso de tus fotografías para fines lucrativos, entonces la cosa empieza a ponerse bastante seria. El primer paso a dar aquí debería ser el mismo que antes, ponernos en contacto con el infractor para reclamarle firmemente nuestros derechos como autores de la imagen. Llegados hasta este punto ya no solo bastará con exigir que nos den crédito sobre la imagen, sino que deberemos pedir una compensación económica valorando el uso que se le haya dado a nuestra foto.

Fotografía de Freepik

Para realizar este trámite podemos acompañar el mensaje, dirigido a la empresa/persona/web responsable, con una factura adjunta por nuestros servicios y la exigencia de que nos compensen por el uso de la imagen o la retirada inmediata de la misma. También estamos en nuestro derecho de advertir que nos reservamos la posibilidad de denunciar por el uso realizado de nuestra obra si no se cumple lo solicitado, o directamente si hacen retirada del contenido sin la respectiva compensación. Todo depende de nuestro grado de exigencia. Este proceso también se pude realizar de una forma más «seria» si recurrimos al soporte burofax, aunque aquí ya entraría en juego la figura de un abogado. Siempre conviene documentar nuestra petición con algún documento o captura para mostrar de forma fehaciente que nuestra reclamación es legítima.


¿Habéis sufrido en alguna ocasión una situación similar? ¿Qué habéis hecho?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

*
*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.